Lenguaje corporal (Al Maestro)

20 de junio de 2007

Hoy les vengo ofreciendo lo que son los tres secretos necesarios para obtener el máximo beneficio de sus cursos mediante el uso del lenguaje corporal, pero antes de entrar a este espinoso camino, conviene detenernos un momento a pensar en la comunicación y el lenguaje en el entorno específico de la experiencia de enseñanza aprendizaje.

Yo digo que un buen maestro tiene algo importante qué decir. Algo en lo que le va la vida.

También digo que un buen aprendiz tiene algo importante qué aprender. Algo en lo que le va la vida.

No se trata de aprenderse de memoria la Ilíada y recitarla con voz pausada y clara frente a los estudiantes de literatura. Se trata de entregar al que viene atrás el don del conocimiento, y el corazón con él. Se trata de arrebatar del que va delante, la cólera de Aquiles, el dolor de Hécuba y la pasión de Homero.

Si pensamos que en ello nos va la vida, vamos a transmitirlo con todos los medios a nuestro alcance.

Ora sí. A lo que te truje Tencha.

Hoy les voy a regalar los tres secretos que les enseñarán a gestionar el lenguaje corporal para obtener el máximo beneficio de sus cursos. El máximo beneficio para ustedes y el máximo beneficio para sus clientes.

Oigan ustedes: “lenguaje corporal” ¿No les parece una expresión desafortunada?

No dice mucho.

Si hablamos de un lenguaje corporal, debe ser porque suponemos que hay otro lenguaje que no lo sea. Un lenguaje no corporal podría ser el lenguaje incorpóreo o el lenguaje verbal.

Entiendo que en la era moderna los que oyen voces incorpóreas se cuidan muy bien de decirlo o acaban en el manicomio. Yo no las oigo, y supongo que ustedes tampoco.

Hablar de lenguaje verbal, tampoco tiene mucho sentido, porque la voz es corporal. ¿Quién dice que el área de Broca y la lengua no son parte del cuerpo humano?

Para tener claridad, hablaremos de lenguaje. Sin adjetivos. Y allí incluiremos la palabra, el volumen, el tono, los gestos, las miradas y todo lo demás.

Voy a compartir con ustedes tres secretos para usar eficazmente el lenguaje.

El primer secreto:

Todo lenguaje es corporal. Todo lenguaje es, también, espiritual.
El lenguaje se percibe como uno.

El segundo secreto:

El lenguaje es para decir la verdad.
Si no crees profundamente en lo que dices, mejor quédate callado. Tarde o temprano te vas a contradecir, te va a temblar la voz, te van a sudar las manos y te van a cachar.
Si no tienes nada importante qué decir, no lo digas.

El tercer secreto:

La palabra y el movimiento sólo están en armonía si tú estás en armonía contigo mismo.
Eso es todo. Lo demás es silencio.

Abur

– Fungus

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