La esperanza de los desesperados

Proyecto Alternativo de Nación

Versión 1.1, 28 de abril, 5:30 pm, con adiciones y modificaciones para evitar algunas imprecisiones que me hicieron notar (nota del autor).

Antecedente.

Yo digo que López Obrador, y con él sus seguidores, no saben distinguir entre una promesa de campaña y una propuesta.

Alguien que se ostenta en Facebook como colaborador de López Obrador me respondió que estoy equivocado, y que han publicado un documento, el “Proyecto Alternativo de Nación 2018- 2024”, que recoge todos sus proyectos y propuestas.

Encontré varias versiones publicadas como “Proyecto Alternativo de Nación”, todas atribuídas a Andrés Manuel López Obrador. Para empezar a estudiar el proyecto, lo primero era decidir cuál de todas es la buena.

Descarté, de entrada, las que forman parte de algún artículo periodístico, como las publicadas por Aristegui o Proceso, ya que no se someten a un control riguroso de versiones y podrían publicar unas partes dejando otras de lado.

Descarté, también, las que se presentan como “Lineamientos” y que parecen ser una lista de lo que López Obrador esperaba ver en en el “Proyecto Alternativo”. Sus instrucciones, por así decirlo, a los autores del documento. Los lineamientos se limitan a señalar que en México debe haber justicia, estado de derecho, defensa de los débiles, diálogo, buenas relaciones internacionales, etc. todos los lugares comunes, pero no señala criterios de éxito, resultados esperados, actividades necesarias, recursos necesarios o marco de tiempo. Demagogia tradicional mexicana.

Finalmente encontré la que probablemente sea la versión auténtica del “Proyecto Alternativo”. La versión que López Obrador entregó al INE en febrero de 2018 como parte de su plataforma electoral. Supongo, sin evidencia, que el INE ejerce control de versiones y que no permite que los documentos que resguarda se vayan ajustando según los cambios de humor y las nuevas ocurrencias de los partidos y  candidatos.

Aquí les dejo la liga.

No me lo crean a mi. Vayan y revisen la versión original con todos sus errores y contradicciones, para que no les digan, para que no les cuenten.

Tesis.

Este no es un análisis político.

Yo sostengo la tesis de que la viabilidad de un proyecto depende de su consistencia interna y del apego a las mejores prácticas internacionales de gestión de proyectos, y sostengo la tesis de que un buen gobernante debe tener las competencias necesarias para rodearse de colaboradores que le ayuden a resolver problemas complejos. No encuentro evidencia de que López Obrador cuente con en esa competencia fundamental.

Después de una revisión cuidadosa del texto, concluyo que el “Proyecto Alternativo de Nación” que propone López Obrador;

1. No es un proyecto, sino una lista desordenada de actividades y quejas, que
2. No representa una alternativa de futuro, sino una reacción que nos quiere regresar a la peor época del México moderno (el populismo de Echeverría y López Portillo) y
3. No considera la complejidad característica de los problemas de una nación.

Me llama la atención de manera especial que le saca la vuelta a los problema de calidad, productividad y competitividad.

Traigo a la mesa mis conclusiones y los invito a que después de estudiar el documento hagan su análisis y lo compartan con quién más confianza le tengan.

El “Proyecto Alternativo”

El “Proyecto Alternativo” tiene 26 páginas con 18 cláusulas o secciones numeradas del 1 al 18.

Presentación

La primera sección ”Presentación” declara que el documento recoge el “Proyecto Alternativo de Nación”, presenta una nueva visión del país e incluye propuestas, programas y acciones. En realidad no se incluye una visión, y tampoco hay ningún proyecto, ni programa, ni propuesta, y es que el “Proyecto Alternativo” no parte de un problema debidamente estructurado.

Todavía en la presentación se sugiere, que el documento contiene los lineamientos que López Obrador entregó a un grupo “amplio y plural” de especialistas para preparar propuestas concretas, proyectos y programas para que él pudiera competir como candidato en las elecciones presidenciales de 2018.

El documento no contiene propuestas concretas, planes ni programas.

Presenta una visión vaga, llena de lugares comunes como el “México justo”. Obviamente, todos queremos justicia, pero si no digo qué entiendo por “justo” y cómo se va a ver México cuando sea justo, no digo nada. También lista un “gran número de acciones”, aunque no están concertadas.

Termina la presentación donde empezó, señalando que la causa de “la decadencia nacional” es un “persistente abandono gubernamental” durante los últimos 35 años. Haciendo cuentas, lo que sugiere es que los gobiernos de Díaz Ordaz, Echeverría y López Portillo fueron la edad de oro de México a la que él nos quiere regresar. No explica en qué se basa, cómo llegó a esa conclusión, o cual sería el beneficio de regresar al régimen con los más altos niveles de deuda e inflación.

Lineamientos

La segunda sección describe el alcance que les marcó a los autores del “Proyecto Alternativo”. Sus instrucciones fueron que las propuestas deberían ser transversales e integradas y limitarse a cinco temas: legalidad (que incluye corrupción), pobreza, finanzas, género y sostenibilidad. No explica a qué se refiere con transversales e integradas, de modo que no es posible evaluar si este lineamiento se cumple. Otra vez demagogia tradicional mexicana.

Acciones

De la sección 3 a la 8 describe una serie de situaciones indeseables que no siguen los cinco “mandatos” de la sección 2, y sugiere que la causa de todos los problemas es la falta de cumplimiento de la ley, especialmente en lo que se refiere a corrupción. Sugiere que si tan sólo cumpliéramos con la ley, todos seríamos felices, y que para eso bastaría “la convocatoria a la sociedad a una regeneración ética”. En el “Proyecto Alternativo” no habla de la amnistía.

No ofrece análisis de causas de los problemas ni señala correlaciones, ni propone espacios de creación de oportunidades de solución. No explica por qué cree que una convocatoria sería suficiente para erradicar la corrupción. Simplemente aplica el principio de autoridad, diciendo que resulta evidente, que es innegable, que es imperativo, y que nadie puede dudarlo.

En una de las muchas contradicciones que contiene el “Proyecto Alternativo” dice explícitamente que no va a cambiar la Constitución ni las leyes, pero de inmediato dice que la Constitución y las leyes van a ser “sometidas a evaluación”. Parece olvidar que de acuerdo con la Constitución el ejecutivo no le da instrucciones a los legisladores acerca de qué leyes aprobar y cuáles no. Parece que sigue pensando que tendrá los poderes de Díaz Ordaz, Echeverría o López Portillo.

Problemas

De la sección 9 a la 17 menciona los problemas nacionales de siempre y los dimensiona con información del gobierno federal para señalar, en otra de sus contradicciones, que los datos presentados por el gobierno son demasiado optimistas.

El propósito declarado de esta sección es contrastar la visión oficial con la visión popular justificando así la violencia, pero entonces no entiendo por qué usa los mismos números que el gobierno ya publicó. Sería interesante preguntarle a sus seguidores si se dieron cuenta de la inconsistencia o si les pasaron una bola rápida.

Resumen

La sección 18, con la que termina el documento, presenta una especie de resumen de lo que el “Proyecto Alternativo” debería haber sido y no fue. Vuelve a mencionar los proyectos y programas que promete al inicio del documento y que parecen tejidos con luz de luna, como el traje nuevo del emperador.

Ya para terminar, insiste en que bastaría con distribuir entre los pobres el dinero que le sobrará cuando la corrupción termine y la burocracia se reduzca a un 30% (no explica en qué van a trabajar los burócratas despedidos ni de dónde va a pagar las liquidaciones).